¡Saludos querido lector! Es un placer tenerte de nuevo en este espacio en donde convergemos los amantes del café.
La vida moderna exige rapidez y efectividad en cada uno de sus aspectos, la rutina del trabajo, escuela y actividades diarias nos sume cada vez más en la imposibilidad de poder disfrutar lo que nos enriquece y da placer, es por eso que día con día se crean opciones instantáneas que suplen la delicia de los procesos tradicionales, no solo en el café, también en la comida.
Este tipo de vida vertiginosa ha hecho del café soluble una opción a la que muchos adeptos del café voltean a la hora de satisfacer la necesidad de una buena taza caliente que les permita comenzar el día, entre los cafeinómanos tradicionalistas (y me sumo entre ellos), la opción instantánea no está muy bien vista, pues preferimos el placer que da el ritual de moler el grano, colocar el café recién molido en el filtro, esperar a que la bebida esté lista mientras entramos en un profundo estado de relajación, disfrutamos el aroma que desprende la cafetera y que va inundando toda la habitación, todo esto se pierde al preparar una taza de instantáneo, pero ¿Realmente se pierden las propiedades y el sabor del café una vez sometido a este proceso?
Pese a la ventaja de la rapidez en la elaboración, el café si pierde muchas de sus propiedades al ser sometido al proceso de industrialización para obtener el polvo soluble, en especial la escencia del café de grano, el tostado es lo que da muchas de las notas que tanto nos fascinan del café, cuando eliges el cafe soluble por encima del café de grano te etás perdiendo de la verdadera mágia de consumir este grano como debe ser.
El café instantáneo es atribuido a dos personajes, Satori Kato y Georges C. Louis Washington, el proceso para obtener el café instantáneo es el siguiente:
El grano se tuesta, se muele y se infusiona antes de pasar por todos los procesos que se requieren para obtener el extracto soluble, lo que hace soluble a esta opción de café es la deshidratación a la que es sometido, obteniendo así cristales de café, valga la redundancia, deshidratados.
Existen dos métodos para obtener el café deshidratado, uno es por aspersión y el otro por congelación, el primer método requiere de pulverizar un concentrado líquido de café, el cual es rociado en un contenedor con aire muy seco y caliente, a una temperatura de 250°C, cuando el café cae a la superficie, el agua ya se ha eliminado por completo, formando así pequeños cristales redondos.
El proceso de deshidratación por congelación es un poco más complicado, el café se debe reducir a un concentrado, cuando este se obtiene se enfría a una temperatura de -6°C obteniendo granos en forma de granizado, este mismo granizado vuelve someterse a un congelamiento de -40°C hasta formar bloques de café que se rompen en gránulos, después se envían a una aspiradora para eliminar toda la humedad que se concentra en el proceso de congelamiento, quedando así los granos de café instantáneo.
Esta tecnología es la que te permite beber una taza de café instantáneo, pero pensalo bien, ¿En verdad quieres perderte de una exquisita taza de café de grano recién molido, hecho en casa o en alguna de las cafeterías artesanales de la ciudad, por la comodidad del instantáneo? y peor aún, el instantáneo descafeinado con azúcar y canela añadidas, es la artificialidad pura.
Busca siempre la opción de grno tostado tradicionalemente y disfruta del verdadero sabor del café, si crees que vas a un lugar en donde no encontrarás mas que la opción instantánea, puedes hacer como Voltaire y llevar una bolsita con granos recién molidos y un filtro, así no tendrás pretextos y oleras delicioso todo el tiempo.
Imágenes:
cafedemipuebloburitica.blogspot.mx
Fuentes:
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