Para muchas personas el café es un combustible necesario para iniciar cada mañana gracias a sus efectos estimulantes. Pero, ¿cómo funciona? ¿qué es lo que realmente hace el café a nuestro cerebro?
La adenosina es un químico que produce nuestro cerebro y regula la somnolencia. Cuando estamos cansados, esta sustancia se acumula y se une a las proteínas de nuestras células cerebrales llamadas receptores, lo que hace que tengamos sueño. Cuando tomamos café, las moléculas de cafeína que llegan a nuestro cerebro se unen a los receptores pero, a diferencia de la adenosina, la cafeína estimula las células cerebrales.
Cuando la cafeína bloquea suficientes receptores, como cuando tomamos varias tazas de café, podemos mantenernos despiertos por horas, hasta que las moléculas de cafeína se descomponen y se eliminan. Por ello, también cuando dejamos de beber café o reducimos su consumo diario es posible que nos sintamos cansados.
De igual manera, la cafeína estimula la producción de adrenalina, lo que ocasiona que aumente la frecuencia cardíaca, manteniendo nuestra sangre fluyendo e, incluso, abriendo las vías respiratorias. Además, afecta los niveles de dopamina, al igual que el chocolate, mediante la prevención de su reabsorción en el cerebro, lo que hace que nos sintamos felices.
A pesar de todo lo anterior, existen muchas personas que creen que el café no los despierta. Steven Miller, neurocientífico de la Universidad de Bethesda en Maryland (Estados Unidos), se basa en distintas investigaciones para afirmar que, para lograr mantenernos “despiertos”, debe consumirse a la hora adecuada; es decir, hay unas horas en las que la cafeína nos hace efecto debido a la interacción con nuestros ritmos biológicos.
El ciclo circadiano, un ciclo hormonal de 24 horas, es el que le indica a nuestro organismo cuándo dormir o comer. Una de sus principales funciones el liberar cortisol, una sustancia que nos ayuda a mantenernos alerta. De acuerdo a Miller, si bebemos cafeína cuando tenemos un mayor nivel de cortisol en la sangre sería el equivalente a tomar un medicamento cuando no lo necesitamos. Es decir, el efecto de la cafeína sería inútil porque no lo necesitamos y solo hará que, a largo plazo, generemos una mayor resistencia al café.
El momento de mayor cantidad de cortisol en nuestra sangre es entre las ocho y las nueve de la mañana, así que si solemos tomar cafeína a esas horas, es la razón por la cual creemos que no nos funciona para despertarnos. También entre el mediodía y la una de la tarde así como entre las 17:30 y 16:30, se manifiesta ese pico de cortisol. De acuerdo al especialista, la mejor hora para consumir nuestra bebida favorita es entre las 9:30 y 11:30 de la mañana.
Ahora que ya sabes qué efectos tiene la cafeína sobre tu cerebro y cuándo es el momento idóneo para sentirnos despiertos todo el día, ya no tienes pretexto para sentirte cansado en la escuela o la oficina.
Referencias:
http://www.clinicalascondes.com/
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