¡Bienvenido seas querido lector! Es un gusto tenerte de vuelta en este espacio que la AMCCE hace especialmente para ti, aquí podrás encontrar historias, tips y todo lo relacionado con el mundo del café.
Seguramente ya puedes oler el copal y la canela en el aire, señales de que el otoño está más que presente y junto a él llega una de las celebraciones más esperadas del año, el día de muertos, una tradición ancestral que no puede ser celebrada sin la compañía de una de las mezclas más tradicionales de México; el café de olla, y justamente de este tipo de café queremos hablarte en esta entrada.
México es uno de los principales productores de café a nivel mundial, y gracias a ello, nos podemos dar el lujo de tener una receta especial que nos acompaña en muchas de las festividades y es sin lugar a dudas una de las bebidas predilectas en muchas de las regiones del país, y esta es, como comentamos anteriormente, el mismísimo café de olla.
Esta mezcla está muy presente sobre todo en estas fechas de muertos, no falta en ninguna ofrenda y es muy consumida especialmente en las regiones cercanas a la sierra, pues su dulzura y su especial sabor, hacen de esta bebida un manjar que nadie debe perderse, probarlo por lo menos una vez en la vida es obligación.
Es un café que sabe a México, que se disfruta con el frío y que nos endulza la vida, el olor a especias como el muy presente piloncillo, la canela y el clavo combinados con una buena dosis de café recién molido, hacen de esta mezcla un elixir de dioses, es tan rico que hasta los muertos regresan gustos a probarlo cada año.
Pero ¿De donde surge el café de olla?
Ya sabemos que el café llegó a México procedente de las embarcaciones de Cuba que llegaron a Veracruz, en donde el clima fue, a beneficio de todos, el ideal para que este grano se pudiera dar.
Pero el café de olla tiene un indicio un poco más antiguo, se sabe que Moctezuma bebía una infusión de miel, maíz y cacao, muy similar a la mezcla que hoy en día es conocida como el café de olla
Con el paso del tiempo, más ingredientes fueron añadidos a la mezcla, estos fueron integrados gracias al mestizaje que se dió en la conquista, en la cual la gastronomía fue de las más beneficiadas, a lo largo de los años se añadieron especias como el anís, el clavo, la canela y el ingrediente principal con el que en la actualidad conocemos al café de olla, el piloncillo.
Esta mezcla ha permanecido en el gusto popular mexicano desde muchos años atrás, el hecho de que se consuma en estas épocas de muertos tiene que ver con que nuestros difuntos, también lo disfrutaba, es por eso que lo ofrendamos para que no dejen de saborearlo cada año, además, ¿Qué mejor que un café de olla caliente para apaciguar el terrible frío?
Como decía el buen Cantinflas, ya que hablamos de épocas de muertos ¨No hay velorio sin un buen café de olla sin piquete¨ Ese lo dejamo a tu consideración.
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