¡Saludos querido lector! Es un placer tenerte de vuelta en este espacio en el que compartimos nuestra pasión por el café y todo lo relacionado al mundo de esta maravillosa bebida. El café es una bebida por demás compleja, tiene más de 800 aromas, es un abanico realmente impresionante, pero pocas veces nos detenemos a apreciarlo, incluso muchos no somos capaces de reconocerlo pues no tenemos ese fino olfato y paladar que distingue a los catadores del café.
La cata del café definitivamente es todo un arte, nuestro paladar y olfato aprenden mejor si comenzamos a consumir granos de calidad, si comenzamos a despertar nuestros sentidos con la ayuda de un café de altura, poco a poco notaremos todas esas características suaves que encierra cada grano tostado y transformado en nuestra bebida.
La cata del café requiere práctica, concentración y paciencia para poder descubrir toda la magia encerrada dentro de una taza de café, se toman en cuentas varios puntos, los cuales explicaremos brevemente en esta entrada para que puedas practicarlo en tu casa, aunque claro, siempre es mejor la guía de un experto, como los catadores y baristas de la AMCCEE, experimentados amantes y conocedores del café que sin dudas te guiarán en un correcto proceso de cata.
Las características que se califican en un café son las siguientes:
Aroma: Es lo primero que notamos, aparte del color cuando tenemos nuestra taza en frente, el aroma es definitivamente lo que enamora del café, lo que más arraigado tenemos en la mente, y conocerlo bien descubriendo sus matices hará que lo ames aún más, el aroma también nos anticipa al sabor y prepara al paladar.
Acidez: Esta no debe confundirse con la amargura o con lo agrio, al contrario, es una de las cualidades más apreciadas en un café, pues es la que limpia el paladar y hace que los sabores sean más vívidos, esta se puede apreciar en la sequedad que deja el paso de este líquido en los bordes de la lengua y en la parte trasera del paladar, cuando un café carece de acidez, la experiencia suele ser muy plana.
Cuerpo: Esta característica la dan los aceites y sustancias extraídas durante el proceso al que es sometido el grano del café, y puede percibirse por la viscosidad, consistencia y permanencia en el paladar y lengua.
El sabor: Esta es la impresión completa de todos los elementos antes mencionados, el aroma, el cuerpo y la acidez son lo que en conjunto dan el sabor a nuestro café, lo que se toma en cuenta de este punto es la gama, complejidad y riqueza de todos los elementos, todo debe estar en perfecta armonía, sin que una nota sobresalga tanto que abrume las demás características del café que estamos probando.
El retrogusto: Esta es una característica particularmente nueva que nos han heredado los catadores de vino, y se refiere al gusto que deja el café después de ser tragado, es el sabor que percibimos y el cambio que adquiere por la química del cuerpo, muchas veces deja un rastro a cacao o un sabor dulce.
La cata del café es una actividad divertida e interesante, practicarla expandirá no solo tu paladar, también tus horizontes en busca de mejores cafés y de nuevos sabores, no debe ser rimbombante y exclusiva, pero sí definida y reiterativa, es decir, que las descripciones sean precisas y evitar un poco la metáfora.
La cata es también una actividad social por lo que es probable que los comentarios de los demás participantes afecten tu gusto y percepción del café, es importante que al comenzar en esta actividad, tengas tu mente y sentidos despejados, pues estas por comenzar un viaje extremadamente estimulante, lleno de aromas y sabores vívidos de una manera totalmente distinta a la que tenías acostumbrada.
Si deseas saber más sobre la cata del café, no dudes en acercarte a la AMCCE, en donde podrás tomar alguno de los cursos que en esta asociación se imparten. No te conformes con solo amar el café, conócelo desde las entrañas y disfrútalo como todo un experto. ¡Hasta la próxima!
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