Uno de los postres italianos más famosos es, sin duda, el tiramisú: un postre frío que se compone de varias capas, normalmente todas bañadas en café, conformando un pastel esponjoso y que no es extraño encontrar en pastelerías y restaurantes.
Al ser un postre tradicional, en normal encontrar un sin número de variaciones según la zona de la que provenga la receta. Por ello, si intentáramos averiguar cuáles son los orígenes de esta receta nos encontraríamos con numerosas versiones, aunque existen dos historias a las que se otorga mayor credibilidad.
La primera sitúa su creación en Siena a finales del siglo XVII. De acuerdo a esta historia, el postre fue creado para agasajar a Cosimo de Médici, Gran Duque de Toscana, cuando realizaba una visita a dicha ciudad. Se dice que el Duque tenía fama de despilfarrador, vanidoso, amante de los lujos y muy goloso, por lo que quedó fascinado de ser consentido con el nuevo dulce, el cual había sido bautizado como “Sopa del Duque” (Zuppa del Duca). Al regresar a Florencia, Cosimo se llevó consigo la receta y, debido a que la corte de los Médici era conocida por ser un foco artístico e intelectual, se expandió por el resto de Italia.
La leyenda cuenta que se volvió el dulce favorito de cortesanos y cortesanas, los cuales, creyendo que tenía propiedades afrodisíacas, lo consumían antes y después de los encuentros amorosos, por lo que se le cambió el nombre de “Zuppa del Duca” por el de “Tiramisú” que significa “Tírame arriba”.
La segunda teoría afirma que el postre es de invención mucho más reciente, apoyándose en la idea de que la receta no aparece en los grandes libros de la cocina italiana. Esta hipótesis explica que el postre se creó en el este de Italia, en los burdeles de Venecia en los años cincuenta, ya que, de acuerdo a la cantidad de glúcidos que tiene, se le atribuye una función fortalecedora.
En lo que ambas teorías concuerdan es en los efectos fortalecedores relacionados con la actividad amorosa.
¿Cómo se hace el tiramisú?
De lo que sí se tiene documentación es que en 1968, Alfredo Beltrame, maestro de la hostelería en Venecia, elaboraba un tiramisú artesanal que a partir de esa fecha empezó a servirse en la cadena de los restaurantes Toulà, popularizándolo. En esa época, la receta llevaba cinco ingredientes: huevos, azúcar, bizcochos Savoiardi, café espresso y cacao en polvo. El queso mascarpone que actualmente es un ingrediente de gran importancia en el bizcocho sería incorporado mucho tiempo después.
Si bien no hay una receta única, siempre se compone de un ingrediente humedecido en café, sobre el que se monta una crema cuya base son huevos batidos con azúcar y finalmente se espolvorea con cacao en polvo.
El tiramisú es un postre perfecto para acompañar tu café, sin duda será un verdadero manjar para tu paladar.
Referencias:
http://tiramisusatome.blogspot.mx/
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